Boca Juniors se quedó anoche en Brasil fuera de la final de la Copa Libertadores, tras ser goleado 3 a 0 por Santos, que jugará el 30 de enero ese partido por el título contra Palmeiras en el estadio Maracaná, en una definición a pedir del país organizador.
Lo curioso de esta eliminación xeneize, que una vez más ve frustradas sus aspiraciones de llegar a la séptima Copa Libertadores para alcanzar a Independiente como el más ganador de este certamen, fue que llegó a Brasil para definir la serie ante el conjunto santista con muchas mejores perspectivas que los riverplatenses.
Pese a ello, a los dirigidos por Miguel Ángel Russo les quedó muy lejos la posibilidad de acceder a su duodécima final copera durante los 90 minutos del partido desarrollado en el estadio Urbano Caldeira, de Vila Belmiro.
El conjunto local se impuso en el tanteador global por 3 a 0, luego de los goles convertidos por Diego Pituca, el venezolano Yeferson Soteldo y Lucas Braga. El equipo argentino terminó el partido con diez hombres como consecuencia de la tarjeta roja que le mostraron al lateral colombiano Frank Fabra (a los 10’ del segundo tiempo).
El Xeneize no tuvo reacción, jugó un muy flojo partido y se enfrentó a un equipo que lo pasó por arriba.
A los 15 minutos, Diego Pituca se encontró con la pelota dentro del área y definió cruzado ante la mirada de toda la defensa visitante.
Para el complemento, Boca metió dos cambios pero el que salió con todo fue el Santos. El equipo de Cuca llegó al segundo con un verdadero golazo de Yeferson Soteldo, que le rompió el arco a Esteban Andrada, a los 49 minutos, pero apenas 3′ después, Marinho desbordó bárbaro y, con facilidad por derecha, metió el centro atrás para Lucas Braga, quien definió con el arco vacío.
Para colmo, Frank Fabra metió un infantil pisotón y se fue expulsado a los 55′.
Quedaban 35 minutos por delante en los que Boca tuvo un par de aproximaciones al arco brasileño como para alcanzar un descuento que igualmente de poco y nada hubiera servido, mientras los dos jugadores que podían aportarle algo de todo el fútbol que le hacía falta al conjunto auriazul, el colombiano Edwin Cardona y Mauro Zárate, seguían yendo y viniendo por el costado del campo de juego, realizando un calentamiento inútil.