Visitará Uruguay para respaldar al oficialista Daniel Martínez, que disputa voto a voto con el opositor Luis Lacalle Pou de cara a la segunda vuelta del domingo 24. Partirá a las 9 en un avión privado.
El martes pasado sonó el teléfono principal de las oficinas que Alberto Fernández tiene en Puerto Madero: se trataba del presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, que invitaba al presidente electo argentino a sumarse a la campaña electoral de Daniel Martínez, el candidato del Frente Amplio. Martínez compite en el balotaje presidencial contra Luis Lacalle Pou, el candidato de la oposición que tiene posibilidades de suceder a Tabaré Vázquez.
Fernández aceptó la invitación del presidente uruguayo y a las 9 partirá en un avión privado a Montevideo junto a Felipe Solá -su probable canciller- y Juan Pablo Biondi, su vocero. El presidente electo sabe que los comicios son reñidos y no dudó en cruzar el Río de la Plata para apoyar al candidato del Frente Amplio.
Fernández y Martínez estuvieron juntos en Buenos Aires hace unas semanas, y ambos se comprometieron a coordinar agendas bilaterales si finalmente el candidato del Frente Amplio derrota a su adversario.
Fernández ya viajó a Montevideo para encontrarse con José Mujica como primera visita internacional en su carrera hacia Balcarce 50. Después fue a Brasil para exigir la libertad de Lula, cruzó el Océano Atlántico para encontrarse con Pedro Sánchez (premier español) y Antonio Costa (primer ministro portugués), derrotó a Mauricio Macri, y cumplió una gira de cinco días en el distrito federal (México), adonde protagonizó una cumbre con Andrés Manuel López Obrador (AMLO), conversó con empresarios mexicanos y describió su agenda internacional a dos enviados especiales de Donald Trump.
En esta oportunidad, ya como presidente electo, Fernández se involucra directamente en la campaña presidencial del Frente Amplio. Considera estratégico que Martínez derrote a Lacalle Pou, ya que sería su aliado más cercano en el Mercosur. Mario Abdo Benitez, presidente del Paraguay, y Jair Bolsonaro, jefe de estado del Brasil, tienen una posición más cercana a los Estados Unidos y al libre comercio, ante la perspectiva geopolítica que exhiben Fernández y Martínez.
Durante la crisis de Bolivia, Abdo Benítez tuvo una posición diplomática en línea con el presidente electo que se movió con rapidez para lograr que Evo Morales pudiera recibir asilo en México. Y de la misma manera actuó Bolsonaro, en las antípodas de Morales, que permitió al ex presidente boliviano atravesar espacio aéreo del Brasil para llegar sano y salvo al Distrito Federal.
FUENTE: INFOBAE