El ministro de Economía, Martín Guzmán, desea seguir ordenando el terreno fiscal y monetario gradualmente para garantizar un verano tranquilo con recursos seguros de los bancos multilaterales y un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)
El ministro de Economía, Martín Guzmán, apunta a seguir ordenando el terreno fiscal y monetario en forma gradual para pasar un verano tranquilo con recursos adicionales de los bancos multilaterales y un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Fuentes oficiales indicaron a Infobae que el anuncio de ayer, consistente en que el Tesoro no le pedirá más dinero al Banco Central en concepto de adelantos transitorios, es otro ejemplo que va en el mismo sentido que las decisiones que se adoptaron en las últimas dos semanas. De todos modos, el Gobierno puede usar todavía 400.000 millones de pesos por las utilidades del BCRA.
En cambio, parece a contramano la decisión del Ministerio de Desarrollo Productivo que conduce Matías Kulfas de prorrogar hasta fines de enero próximo el programa de “Precios Máximos”, pese a que las empresas ya le avisaron en voz alta al Gobierno que hay problemas de abastecimiento para reponer insumos, cuando la demanda empieza a dar señales de repunte.
Este ordenamiento –que todavía no tiene su correlato en otras áreas del Gobierno, donde predomina la dispersión de ideas respecto de la propiedad privada, entre otros aspectos clave– podría generar un aumento del flujo por parte de los bancos multilaterales más que del propio FMI.
“Ellos pueden pedir condicionalidades, pero saben que no son ajenos a cualquier mal desenlace que pueda haber, sobre todo después de haber errado tanto con el programa del 2018. Eso lo aprendieron”, aclaró un funcionario.
Por un lado, pese a las versiones que corrieron estos días, no es posible resucitar el crédito acordado por la gestión de Mauricio Macri –que tenía por desembolsar casi USD 13.000 millones– porque el Gobierno ya lo canceló formalmente, aclararon fuentes al tanto de la relación bilateral.
Por el otro, si hubiera un acuerdo rápido con el Fondo –al menos más rápido que lo que se pensó originalmente, entre enero y febrero– el organismo podría aportar un monto ligeramente superior al que destinará para que la Argentina repague su deuda de 44.000 millones de dólares.
Pero la firma de este acuerdo –que para el equipo de Guzmán sería importante que el Congreso debatiera en las sesiones extraordinarias antes de fin de año– podría gatillar más recursos por parte del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En este sentido, el Gobierno sabe que cualquier gesto que haga el FMI será muy trascendente –aunque no completamente determinante– para el directorio de las otras dos entidades financieras de Washington, con las que mejoró mucho la comunicación durante la pandemia.
La intención de estos tres organismos es trabajar en forma integral y, si el Fondo pidiera una señal, tal vez la respuesta sería positiva.
FUENTE: «INFOBAE».