Jueves 1° de octubre 2020.
El reconocido antropólogo, José Humberto Miceli dialogó con Radio Bella Vista, en el programa “La Mañana de La Radio”. El destacado investigador de la región, comentó sobre el mito del Karaí Octubre. A continuación se exponen sus palabras.
“El Karaí Octubre es un mito del tiempo cronológico, que proviene y se acentúa a partir de la Colonia. En las etapas indígenas, prehispánicas, estas cuestiones no existían como tal, porque el hecho de cronometrar el tiempo en meses es una práctica que viene de Europa. No nace con los aborígenes. Pero si los aborígenes, particularmente guaraníes y otros grupos no guaraníes, que tomaron contacto con el español que vino a conquistar, observaban cambios en el clima en determinadas épocas del año. Una de ellas era el agosto y el otro es el octubre; como es el día de hoy.
¿Qué significa Karaí? Es el que tiene capacidad de enseñorearse temporalmente durante un mes. Lo llaman Karaí Octubre, porque trae la miseria. Entonces, para oponerse y espantar las miserias, se hacen comidas abundantes. Fundamentalmente, tres comidas es la costumbre; y hasta siete comidas, para el que puede. Hay otros que hacen una sola, de acuerdo a las condiciones económicas que tiene. Lo importante es que debe reinar la alegría en el momento de hacerlo. Tradicionalmente, tanto en Corrientes, como en Paraguay y en el sur de Brasil, se produce la convivencia entre la gente, que se denomina: ‘reciprocidad’.
Entonces: ¿Qué ocurre? El que tiene un poco más, se brinda con el que tiene un poco menos. El que no tiene nada, es asistido por el que tiene o los que tienen. Esa solidaridad hace que renazca la esperanza. Se dice que la esperanza, la alegría y fundamentalmente la comida sustanciosa, sirve como un elemento de espanto, a este Karaí Octubre que viene transportando la miseria.
¿Qué es la miseria? Representa lo que tiene que ver con la escasez, el estado de mal ánimo y la falta de esperanza. Representa muchas cosas. Normalmente, todavía en muchos lugares, se conserva la costumbre a través de ciertos ritos. ¿En qué consisten esos ritos? Esos ritos son: levantarse muy temprano cuando nace el sol, no solamente en áreas rurales, sino también en área urbanas muy tradicionales. Fundamentalmente el hombre o la mujer de la casa, si es una señora mayor; hace rezos de norte a sur y de este a oeste. Y también agarran un lazo o un rebenque largo y sacuden en el aire produciendo chasquidos; porque el objetivo es espantar.
¿Qué significa espantar? Quiere decir ahuyentar algo a través del miedo. Y también quiere decir: crear sensación de temor. Esas dos cosas. Por eso es que la gente cuando ve algo que considera que es sobrenatural, dice: ‘Quedó espantado’. Se produce el famoso ‘susto’, porque pierde el alma. Todo ese tipo de prácticas se hacen. Y se preparan los famosos Tembi`u caseros, o sea; las comidas del hogar: pucheros, los famosos guisos caldudos, tallarines con albóndigas, chipá cuerito, chipá mbocá, se hace de todo. Se crea una situación de algarabía dentro de la familia. La idea es que toda la familia esté junta.
Las leyendas son las expresiones que retroalimentan constantemente al mito. Entonces, alguna gente dice: ‘Me pareció ver a un viejo con una bolsa, con sombrero kapi’i, hecho de paja, todo sucio; fundamentalmente con ropas raídas. Eso es para representar la miseria, que viene para alojarse o quedarse en algún lugar donde la gente se siente mal, en el sentido de su ánimo. No hay buen ánimo, hay desesperanza, hay poca comida. No tuvo la previsión de guardar en épocas de escases. Los mitos son grandes verdades que trascienden al tiempo, explicando cosas y advirtiendo a la gente que hay épocas donde hay que saber resguardar la salud, como es en agosto, y hay épocas donde hay que saber reservar y preservar, para utilizar equilibradamente la comida, como es en octubre.
Los mitos, como las magias; advierten, procesan o pueden generar cosas de acuerdo a las creencias sentidas de la gente. Si el ser humano no hace caso al consejo, no hace caso a la advertencia, el problema ya no es del mito; el problema es de esa persona que no sabe ver con sabiduría las cosas. Entonces, todo depende de las personas, de la manera en como ellas interpretan y creen.
Es lo mismo que si a usted le dicen: ‘Fíjese que el coronavirus está presente’. Usted tiene que cuidarse y no salir. Y si sale, tiene que salir con barbijo, y a la noche se queda en su casa con su familia. No se vaya de ‘farra’, o sino usted va a contraer el coronavirus. Si usted no advierte, no hace caso a eso, corre casi el 80% de posibilidades de contraer esta epidemia. Es lo mismo con estas cosas. Lamentablemente, hay mucha gente que ha perdido valoración por todos estos mitos a través de estas leyendas. Porque las leyendas se van yendo, cuando no se las cultiva.
Si usted no cultiva el maíz, el próximo año no tiene maíz. A las leyendas y a los mitos, hay que mantenerlos siempre vivos. Para eso es importante gente como ustedes, que están haciendo una labor sumamente encomiable y valiosa en explicar lo que son nuestras tradiciones. Porque las tradiciones también nos unen, nos ligan y fomentan nuestra propia identidad. Y eso es lo que nos hace ser una Nación. Si nosotros perdemos nuestras tradiciones e incorporamos cosas ajenas y foráneas, somos gente que vivimos en la banalidad, por lo vano, por lo vacío. No tenemos sentido de pertenencia nacional o local. El folklore cumple esa función.
En las escuelas primarias y secundarias, todas estas cosas deberían enseñarse. Tiene que haber una política de la cultura, para poder enseñar y transmitir este tipo de cosas que son valiosísimas. Ustedes, los bellavistenses, hicieron hermosas fiestas en su oportunidad, las cuales tuvieron un brillo interesante. Usted no va a creer que a mí me llamaron de Holanda para preguntarme de que se trataba esa fiesta de congregación de personas. Esas cosas que pasan. Uno vive la vorágine de su trabajo y se olvida por ahí de comentar. Yo quiero aprovechar, para decir que desde un lugar tan lejano a más de 12 mil o 13 mil kilómetros de distancia, captaron esta información y la imagen. No sé de dónde la sacaron. Y me llamaron para que yo explique. Ellos estaban asombrados.
Hoy hay que comer algún tembi’u bien sustancioso, acompañado de un buen liquido terapéutico tinto, para asentar el asunto. Se puede hacer un guiso de porotos, un asadito, un pollo, un guiso carrero o lo que la gente acostumbra. Un mbaypy de choclo es lo más rico que hay. Algunos dulces caseros: mamón, naranjo, mazamorra”.
¡Le mando un abrazo y gran cariño a todos los bellavistenses!