La escasez de fondos y la ausencia de un presupuesto definido para lo que resta del 2024 ya pone en peligro el desarrollo y la continuidad de grandes proyectos nucleares en la Argentina. Despidos, contratos rotos y una deuda inmensa con los proveedores de servicios esenciales son algunos de los síntomas de una crisis financiera que denuncia el sector.
La presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Adriana Serquis, manifestó: “La falta de presupuesto y de pago ya está haciendo que algunos de los grandes proyectos tengan que empezar a detener trabajos ejecutados por subcontratistas, en el caso del reactor multipropósito RA-10 por INVAP y en el caso del CAREM, por NASA. En ambos casos ya se está despidiendo personal. Hasta ahora, al menos 169 personas perdieron su trabajo”.
Uno de los principales problemas que enfrenta la CNEA tiene que ver con la falta de previsibilidad. Al desconocer el presupuesto es imposible saber si el flujo de fondos necesario para continuar con lo proyectado y con el cronograma de trabajo será suficiente. “Esto va a implicar no solo una demora en el cronograma que teníamos para la finalización de las obras, sino también la posibilidad de que haya costos hundidos que vuelvan muchísimo más caras las obras, al tener que pagar contratos quebrados con las empresas”, dijo Serquis.
En cuanto a las repercusiones más críticas de la falta de presupuesto en la gestión cotidiana de servicios básicos en las instalaciones nucleares -como las guardias médicas y el transporte-, la directiva explicó: “Estamos trabajando con el crédito correspondiente al 2023 y con una cuota de pago real que fue hasta fines de marzo del 11% correspondiente al primer trimestre, al que ahora se le sumó un pequeño pago extra. La falta de presupuesto operativo implica que estamos empezando a tener una deuda inmensa de todos los servicios”.
“Hasta ahora se lograron paliar con algún tipo de ingeniería presupuestaria los casos más urgentes, que son los del servicio de médico y el de transporte para poder volver a operar en el Centro Atómico Ezeiza con la mayor normalidad posible. El inconveniente es que para poder regularizar la situación de la licitación del servicio médico no contamos con los créditos suficientes, aun tratando de utilizar todos los créditos que tenemos para todos los otros servicios”, detalló a este medio.
El impacto de la interrupción parcial de servicios médicos en la seguridad y el bienestar de los trabajadores en los centros nucleares -como ocurre en el Centro Atómico Constituyentes y el Centro Atómico Ezeiza-, constituye un problema de alta gravedad: no se puede realizar ninguna operación si el personal no tiene cobertura médica.
FUENTE: TN.