En veinte días, con el anuncio de los candidatos, empieza la campaña. Se vienen semanas de un bombardeo infernal con políticos coacheados, eslóganes previsibles y avisos emotivos. El voto, se sabe, tiene más que ver con la emoción que con la razón. Los fanáticos van a generar el mayor ruido y las tandas de los canales y las radios se van a llenar de candidatos. Pero esta es una elección en la que nadie sabe qué puede pasar: una elección de tercios. ¿Y si el balotaje es Juntos – Milei?
Aquel viejo reclamo del 2001, el “que se vayan todos”, llegó, subterráneo, hasta hoy. Hay gente que está cansada de los políticos. Los entiendo. ¿Sabés qué? Yo también estoy cansado de los políticos. Y también hay gente que está cansada de la democracia. Ahí los entiendo, pero no estoy de acuerdo. La mitad de este país es pobre. Cuando tu problema es comer, no existe la división de poderes.
El Gobierno está en descomposición. Alberto dejó de ser presidente hace rato. Lo único que lo mantenía ahí era la ficción de su candidatura. Solo por eso, todavía le servían café. Ahora ya no le sirven café. El país está manejado por Cristina y Massa. Y su objetivo es llegar a agosto. Wado tiene veinte días para saber si mide. Por ahora, no mide. Wado, de ganar, sería un nuevo Alberto. Cristina busca a alguien que la obedezca a ciegas. Axel se niega a salirse de su zona de confort, la provincia de Buenos Aires, donde seis de cada diez chicos son pobres.
El Banco Central no tiene un mango. Si Milei es el más votado de las PASO y el fantasma de la dolarización hace que la gente reviente los pesos, el central no podría parar la corrida. A este punto llegamos. Así termina el Gobierno del hombre común que salía a pasear a su perro. En estos meses en que no estuve al aire, la Selección ganó el Mundial de Qatar y condenaron a Cristina a 6 años de prisión por corrupta. No digo cuál de las dos cosas festejé más, pero les doy una pista: ustedes saben que, a mí, el fútbol no me gusta un carajo.
Mientras en el mundo se debate el peligro de la inteligencia artificial, en la Argentina se debate cómo carajo llegamos vivos a diciembre.Argentina es el único país con un presidente que no es presidente, una vicepresidente que hace como que no es vicepresidente y un ministro de Economía que preside, pero hace de cuenta que no, y por eso quiere ser presidente. No intentes explicárselo a un turista.
Antes de ir a la semana, el otro día me preguntaba quién garpó y cuánto costó el acto de cristina del 25 de mayo. Le pedí a Nico “la foca” Wiñazki que averiguara: 170 millones de pesos.
En Juntos por el Cambio, se siguen peleando. Una semana se arreglan, la otra se desarreglan: parecen Messi con el contrato con el Barcelona. Los de Juntos son como una familia discutiendo la herencia, lo loco es que lo que les va a tocar es una hipoteca y un duna del 88, fundido.
Esta semana, el PRO de la ciudad decidió presentar a Jorge Macri como único candidato. Pobre Quirós, se bancó reunirse con Ginés, se puso 84 vacunas, no se cortó el pelo por un año durante la pandemia porque las peluquerías estaban cerradas, y ahora se tuvo que bajar. Para la próxima pandemia, ni lo llamen.
FUENTE: TN.