Las criptomonedas se convirtieron en el último tiempo en un tema del que todo el mundo habla. Mientras tanto, la capitalización de estos activos crece hasta tal punto que ya ha hizo saltar las alarmas del Consejo de estabilidad financiera del G20. Sucede que el valor global de las criptomonedas se triplicó en 2021 y ya alcanza los 2,6 billones de dólares, según un informe publicado por el Consejo de Estabilidad Financiera (Financial Stability Board).
De acuerdo a una publicación de Business Insider, este organismo internacional, que integra a todas las grandes economías del G20, alertó de la velocidad a la que están creciendo los mercados de criptoactivos al tiempo que señaló que “podrían llegar a un punto en el que representen una amenaza para la estabilidad financiera mundial”.
Los peligros –según el informe- son 3: la escala a la que están llegando a toda velocidad y su interconexión con el sistema financiero tradicional, la falta de regulación y las debilidades del propio sistema cripto.
El segundo riesgo tiene que ver con la falta de regulación. “Algunas de estas plataformas operan fuera del perímetro regulatorio de una jurisdicción o no cumplen con las leyes y regulaciones aplicables. Esto presenta el potencial de concentración de riesgos y subraya la falta de transparencia en sus actividades”, detalló en informe.
Asimismo, el Consejo de Estabilidad Financiera avisó que las lagunas legales dificultan la evaluación del alcance completo del uso de criptoactivos en el sistema financiero. “Eso significaría que podríamos estar sólo viendo la punta del iceberg en cuanto a capitalización, lo que supone un peligro para la vigilancia de la estabilidad financiera”, analizó.
Por último, están las propias debilidades estructurales de las criptomoendas, que pueden generar “desajustes de liquidez, riesgos crediticios y operativos que hacen que las monedas estables sean susceptibles a corridas repentinas y perturbadoras de sus reservas, con el potencial de extenderse a los mercados de financiación a corto plazo; el mayor uso del apalancamiento en las estrategias de inversión; riesgo de concentración de las plataformas de negociación; y la opacidad y falta de control regulatorio del sector”.
FUENTE: «INFOBAE».