La Defensora de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, Marisa Graham, advirtió en PUNTO DE VISTA sobre la alarmante situación alimentaria en Argentina, destacada en un reciente informe de UNICEF. Según el estudio, más de 1.500.000 niños se van a dormir sin cenar debido a la grave crisis económica. «Estamos en una situación muy compleja. En este primer trimestre de 2024, las estimaciones de la UCA, UNICEF y de nuestra Defensoría indican que alrededor de 1.300.000 chicos se suman a los que ya viven en hogares en la indigencia. Esto refleja que estamos ante un panorama en el que más de un millón de niños se encuentran bajo la línea de la pobreza extrema», subrayó Graham.
La Defensora insistió en que la solución no puede limitarse a la solidaridad ciudadana: «No podemos seguir pidiendo donaciones, sino que debemos exigir políticas públicas específicas para combatir el hambre en niñas, niños y adolescentes». También señaló que la canasta básica alimentaria no refleja adecuadamente las necesidades nutricionales de los menores, lo que agrava aún más la situación. «El acceso al alimento en los sectores más populares es limitado, y los alimentos disponibles suelen ser deficientes en nutrientes esenciales para el desarrollo pleno y sano de los chicos», agregó.
Graham recordó que en febrero iniciaron acciones judiciales por problemas en la distribución de alimentos en galpones de acopio. «Siempre pido informes al gobierno de turno. Me respondieron que había una intención del nuevo gobierno de cambiar la política alimentaria, pero lo que planteé es que no se puede interrumpir la asistencia mientras se implementa la nueva modalidad. Firmé un recurso extraordinario ante la Corte porque hubo otras causas que también obtuvieron resoluciones distintas», explicó.
La Defensora también defendió el trabajo de los merenderos, destacando que muchos son gestionados por personas mayores que ofrecen su espacio para dar de comer a la gente. Sin embargo, insistió en que «el hambre se resuelve con políticas económicas y no con distribución de alimentos». Para Graham, la clave está en la generación de empleo: «Necesitamos que el mundo adulto tenga empleo con ingresos dignos, ya que la niñez y la adolescencia están sobrerrepresentadas en la pobreza».