El excombatiente Homero Domínguez, habló en RADIO BELLA VISTA tras su regreso de las Islas Malvinas en un contingente correntino respaldado por el Gobierno Provincial como parte del programa para reivindicar la lucha de los soldados. «Llegamos el martes al mediodía y fuimos recibidos por el gobernador Gustavo Valdés. Me encontré con un crecimiento incalculable de las Islas. El primer día llegamos al famoso cementerio, yo palpé lo vivido ahí. Encontré mis posiciones, una capa poncho, una manta todo arrollada, otras posiciones de soldados y los huecos que dejan las bombas. Recuerdo que siempre rezaba, era feísimo, de mi parte no suelo contar todo pero fue terrible», señaló.
«Nos decían «los loquitos de la guerra» pero nosotros no teníamos la culpa. Allá en todo momento llorás, el lugar emociona mucho. Cuando uno llega ahí, ve que los ingleses se esconden; no sé por qué pasa eso. Hay partes donde se tienen que pagar pero a pesar de eso, pasamos lo mejor de lo mejor», dijo.
Por su parte, el presidente del Centro de Excombatientes de Malvinas Bella Vista, Emilio Canteros, se refirió a las historias que se cuentan en las instituciones para acercar a los alumnos a este hecho histórico. «A los chicos les interesa la historia de Malvinas, sobre qué comíamos y demás; nosotros les contamos que cazábamos ovejas y comíamos como podíamos. Por otro lado, todavía muchos responsables de maltratos están vivos y hay tantos que no quieren hablar; para nosotros fue y es todo un proceso», resaltó Canteros.
Myriam Fleitas, periodista correntina que acompañó al contingente, contó desde su experiencia, los registros que se hicieron en el lugar. «Antes de poder viajar, vi y leí mucho sobre la guerra pero nada se compara el visitar el lugar donde estuvieron estos hombres por 72 días. Pudimos acompañarlos, visitar trincheras, Cementerio de Darwin y demás. Pude experimentar en carne propia el frío del lugar, no podía no imaginarme cómo era la vida de esos hombres en esos días. Dios nos permitió hacer un repaso de lo que ellos vivieron. Vimos a ellos cómo entablaban conversaciones y abrazaban cruces, despidiéndose de camaradas que no pudieron hace 42 años», contó.
«Cuando se acercaban, encontraban terrenos, se llenaban de vitalidad y se reencontraban con su otra versión. Sentía que para ellos, era liberador el «reconstruir» porque muchos hablaron muy poco de la gesta. El shock emocional que tuvieron, fue muy fuerte y esto fue entrar a la parte que les dolía mucho. Lo que vivieron fue una epopeya y esto será documentado», dijo Fleitas.