La ciudad de Río de Janeiro tiene vacunas solamente hasta este martes. La provincia de Bahía ya se quedó sin ningún frasco. Crece la perspectiva de que la inmunización sea suspendida en muchas partes de Brasil a lo largo de al menos dos semanas por la falta de vacunas.
Ese es el cuadro más elocuente del caos y la tragedia que el país presidido por Jair Bolsonaro enfrenta.
Brasil tiene, o tenía, un sistema de vacunación considerado referencia mundial. La capacidad del sistema público de salud es de inmunizar a un millón de personas a cada día.
Sus dos principales instituciones científicas dedicadas a pesquisar y producir inmunizantes, el Butantan, en San Pablo, y la Fundación Osvaldo Cruz, en Rio, nada pueden hacer frente a la criminal demora de parte del gobierno federal en adquirir tanto vacunas como insumos para producirlas.
A todo eso, Jair Bolsonaro sigue dando el peor ejemplo: en lugar de adoptar medidas urgentes de combate a la pandemia, sigue provocando aglomeraciones populares, despreciando los peligros del coronavirus y criticando con furia los que defienden el aislamiento social.
FUENTE: PÁGINA 12.