SOLO EL 2 % DE LOS ADOLESCENTES EN ARGENTINA RECIBEN E.S.I.

Solo el 2 por ciento de las y los adolescentes en Argentina consultados en una encuesta dijeron que reciben Educación Sexual Integral en las distintas materias de la escuela, a 15 años de sancionada la ley que establece esos contenidos como obligatorios en todos los niveles educativos, tanto en instituciones públicas como de gestión privada. La preocupante estadística surge de un relevamiento en la que participaron casi cuatrocientos jóvenes de entre 16 y 24 años de distintos puntos del país. Seis de cada 10 afirman que si bien creen que tienen conocimientos, no los aprendieron en la escuela; el 82 por ciento no conoce a quién consultar en el ámbito escolar ni en quién confiar para acudir frente a situaciones de violencia de género. La mitad pudo identificar situaciones de violencia en su grupo de amigues a partir de recibir ESI. El 56 por ciento dijo que la falta o falla de la implementación de la ESI se debe a la poca o nula capacitación docente.

Del estudio surge que adolescentes y jóvenes entienden a sus docentes en un proceso de deconstrucción y señalan la necesidad de fortalecer los espacios de formación docente junto con la selección de contenidos acorde a sus necesidades.

El trabajo refleja las tensiones que enfrenta esta política para garantizar los derechos de las y los adolescentes. Por un lado, el informe identifica claramente las barreras que impiden su implementación y por el otro, la legitimidad que la ESI goza entre las y los adolescentes para el desarrollo de herramientas y acompañamiento en relación a la sexualidad, el género, y la identificación de situaciones de violencia.

Los datos fueron presentados este miércoles y son parte del informe “Voces, perspectivas y recomendaciones para una educación sexual integral, efectiva y no adultocéntrica”, que realizó el proyecto #EsConESI de la asociación civil FUSA e Impacto Digital, con el apoyo de la Iniciativa Spotlight en Argentina (una alianza entre la Unión Europea y la ONU).

FUENTE: PÁGINA 12.