El 17 de agosto se cumple un nuevo aniversario del deceso del General San Martín, el Libertador de América. En Argentina se le reconoce como el “Padre de la Patria”. En Perú, se lo recuerda libertador de aquel país, con los títulos de “Fundador de la Libertad del Perú”, “Fundador de la República” y “Generalísimo de las Armas”. En Chile su ejército lo ha destacado con el grado de Capitán General.
José de San Martín fue militar y un político preocupado por su Pueblo. Participó en la organización del Ejército que liberó el sur de América, y cuando le tocó ser Gobernador de Cuyo, favoreció la industria y el comercio local, en medio de la organización del Cruce de Los Andes.
Comenzó su carrera militar en España, pero al enterarse de los hechos de mayo de 1810, decidió pedir el retiro del ejército español para poner sus conocimientos y experiencia al servicio de la naciente revolución americana. Había tomado contacto en España con círculos liberales y revolucionarios que veían con simpatía la lucha por la emancipación americana.
Una vez en América, se dedicó a la organización de los ejércitos libertadores (primero los Granaderos, luego el Ejército de Los Andes), pero también participó activamente en la política local, como en la formación del Segundo Triunvirato y en la Gobernación de Cuyo.
Formado en España, en lo cultural, como hombre y como político, y fuertemente influido por lo que él llamaba «El Evangelio de los Derechos del Hombre», es decir, la Revolución Francesa; San Martín era americano por nacimiento, pero muy hispano (por batallas, amores, estudios, sentimiento y pensamiento), un indo-hispano diríamos, un liberal revolucionario como los de las Juntas Populares de 1808 en España, como eran también los de las juntas populares liberales de América surgidas entre 1809 y 1811.
San Martín luchó por la liberación y unificación de varios países, construyó junto a Bolívar la libertad de sus compatriotas y respetó a los pueblos originarios, a quienes llamaba ‘nuestros paisanos, los indios’; popular en tanto escribió: «Odio todo lo que es lujo y aristocracia»; intervencionista en economía (como lo demostró en Perú) y hasta expropiador (como lo demostró en Cuyo).
Pero más allá de su gesta libertadora, San Martín es una pieza fundamental en la construcción de nuestra identidad nacional
A partir de su célebre figura y heroico proceder, se construye esa gran narración que nos explica como país. Por eso, rememorar su vida a partir de un nuevo aniversario de su muerte es recordar ese relato que escuchamos en los actos escolares de nuestra infancia, esa gran narración que nos conformó como comunidad y que debemos pensar y reconsiderar en nuestro camino hacia una patria justa, libre y soberana.