BARRIO TRANSPORTISTA, UN LUGAR DONDE SOBRA EL AMOR: «LA SOCIEDAD DEBE INVOLUCRARSE EN LAS NECESIDADES»

Desde el Comedor Comunitario del Barrio Transportista, la coordinadora Yohana Retamozzo habló con el móvil de exteriores de LA MAÑANA DE VERANO a pocos días de inaugurarse el mural «El Timbó». Dicho mural, intentó dar visibilidad a una de las zonas con mayor cantidad de carencias socioeconómicas de la ciudad y logró poner el foco en la pobreza, la falta de educación y los problemas morales que acechan la integridad de esos vecinos. «Estoy muy feliz y mucho más por el recibimiento. Ahí uno se da cuenta del amor que hace falta, entonces los contengo. Nosotros tratamos de cubrir la merienda, hasta ahora se está haciendo tres veces por semana. Ahora se viene la temporada escolar y hay muchos chicos que necesitan, obviamente estarán muy agradecidos. Hay dirigentes políticos y el municipio que también ayuda. Nos ayudamos entre todos y pongo todo para armar lo que se puede porque las cosas están muy caras. Ellos devuelven todo el amor que se les da. Tenemos clases de artística y estimulación temprana para poder resguardarlos, sé que el día de mañana lo agradecerán», comentó.

Entre lágrimas de emoción, Retamozzo recordó cómo colabora en la vida de los niños sin esperar nada a cambio, con la única convicción de ir por el camino correcto para cambiar sustancialmente la vida de muchos soñadores. «La carne es más complicada de conseguir, pero por ahí nosotros queremos independizarnos un poco y no siempre pedir; creo que de igual manera Dios se lo devuelve. Yo voy a dar todo lo que pueda, amor, afecto, educación e insumos para la comida porque la situación económica está difícil y tratamos de hacer lo mejor posible. Es un equipazo el que tenemos, además contamos con una huerta comunitaria. Hace un año por ahí vengo pidiendo una charla de educación sexual y también que vengan a interferir con los niños más de seguido pero aún no llega, estoy agradecida y todo pero no sirve de nada venir una sola vez porque las mamás y los chicos se van soltando con el tiempo. Necesitamos la participación del Estado y de la sociedad«, indicó.

En diálogo con una vecina del lugar, dio testimonio a este medio sobre la visión preconceptual que tiene la sociedad sobre los habitantes de la zona. Asimismo, apuntó contra una institución gubernamental. «Nos sentimos discriminados, a mí me pasó hace 6 años atrás, es difícil conseguir un trabajo por el barrio, uno se siente discriminado. Creen que los humildes, somos iguales que todos y no es así. Yo trabajé de doméstica muchos años, pero te miran diferente, hasta incluso en el Hospital «El Salvador» por ser del barrio y por ser humilde. El dinero no te trae amor y eso nos ofrece Yohana. No por ser de acá, tenemos que recibir humillaciones, deberían mostrar más interés en el barrio. Agradezco a este medio por difundir estas carencias y a Yohana por el apoyo, sobre todo», resaltó.

En el Barrio Transportista puede faltar dinero, pero jamás amor. Un amor incondicional que va más allá de los límites de la labor comunitaria: escala los muros de la esencia humana, la de servir al otro sin interés y de generar cambios que proyecten una mejor calidad de vida para tantos niños, niñas y adolescentes que ven relegada su vida por su condición social, por su etnia y herencia familiar. El comedor comunitario, que alberga el mural «El Timbó», es símbolo de refugio, de contención y sostén en situaciones límites, donde la vida pone nuevamente un ejemplo de la falta de participación de la sociedad.

CONTACTO: 3777-402188

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