CONTINÚA LA TOMA DE COLEGIOS EN RECHAZO A LAS PASANTÍAS IMPUESTAS POR EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN PORTEÑO

Alumnas de secundaria que asisten a una supuesta actividad laboral bilingüe y terminan lavando platos en un hotel, estudiantes que sirven café, otros que preparan sánguches en frigoríficos u oficinas. Son solo algunas de las denuncias de irregularidades en las Actividades de Aproximación al mundo laboral (ACAP) que Página/12 recabó entre alumnos y alumnas de la Ciudad durante las tomas de colegios que tienen al rechazo a esa modalidad como uno de sus principales reclamos. Los centros de estudiantes advierten que, tal como está planteado, el sistema obligatorio solo sirve como “puerta de entrada a la precarización” y piden que la ministra de Educación, Soledad Acuña, revea la política de acercamiento al mundo laboral escuchando sus voces.

«Rechazamos la manera en que se aplican las pasantías. Han mandado a compañeres a lavar platos, a hacer sanguchitos a frigoríficos o a servir café en una oficina». Desde la Escuela Secundaria de Educación Artística (ESEA) Manuel Belgrano, la que habla a Página/12 es Florencia Avilés Bernat, coordinadora del centro de estudiantes, que este martes mantenía la toma del edificio escolar con el rechazo a las ACAP como uno de los principales reclamos. «No puede ser que se estudie cinco años en un colegio con una determinada orientación y te manden a servir café. Se supone que debería ser para aplicar todo lo que estudiaste», agrega.

omo contrapartida, Julia sostiene que para los y las alumnas «el cómo llegamos a trabajar es importante, porque no es solo acercarse al mundo laboral, tiene que ser con contenido. No es lo mismo lavar los platos que profundizar algo que vos decidiste en tu orientación». «No solo son proyectos inconsultos sino que las propuestas originales no se cumplen. Además son obligatorias y en horario escolar, por lo que se pierde contenido que no se recupera», agrega sobre las ACAP, que comenzaron a implementarse en 2022 pero ya estaban previstas para el quinto año desde la creación de la «Secundaria del Futuro» en 2018.

Además de ser obligatorias, las actividades no se hacen con acompañamiento por parte de representantes de los establecimientos y durante los espacios curriculares no se retoma para profundizar nada de lo que se trabaja en esas jornadas. Federico Lavagnino, presidente del Centro de Estudiantes del ESEA Juan Pedro Esnaola, otro de los colegios tomados, señala que «para garantizar que sean pasantías vinculadas con nuestras orientaciones tienen que estar necesariamente pensadas con les estudiantes y deben ser de carácter optativo, como establece la ley. ¿A quién se le ocurre que obliguen a estudiantes a ir a laburar a un hotel cinco estrellas en la otra punta de la ciudad?».

El temor a posibles represalias por los reclamos corre en los colegios desde que el Ministerio envió mails amenazantes el viernes, ante el inicio de la toma del Mariano Acosta, y se profundizó este lunes, cuando la ministra Acuña anunció que denunciaría penalmente a los padres y madres de los chicos y chicas que participen de las tomas. Aunque prefiere mantener el anonimato, la madre de una alumna de cuarto año del Lengüitas asegura a este diario que le preocupa «el clima que se genera, cómo se tergiversa la información y hacen quedar a los chicos como responsables de que no haya clases. Ellos están dispuestos a quedarse en un sector del colegio para que puedan seguir las clases y nunca echaron a las autoridades». La madre sostiene que, de continuar las ACAP de este modo en 2023, evaluará presentar una acción de amparo.

FUENTE: PÁGINA 12.