El río Paraná, una de las principales fuentes de agua y transporte de la región, enfrenta nuevamente una preocupante bajante en su caudal, generando alarma entre las autoridades y especialistas. Septiembre, que está finalizando, se ha convertido en uno de los meses más críticos de 2024 en cuanto a los niveles de agua del río, y las perspectivas no son alentadoras. Según el Instituto Nacional del Agua (INA), no se espera que la situación mejore en los próximos meses, lo que podría agravar el panorama.
Mario Antonio Salvia, presidente del Instituto Correntino del Agua y del Ambiente (ICAA), expresó su inquietud en el programa HACETE CARGO sobre esta problemática. “Se estimaba que en septiembre comenzarían las lluvias en las altas cuencas para normalizar los niveles, pero hasta hoy las precipitaciones han sido muy bajas. Es una situación de bajante sin pronóstico de lluvias. Las mediciones indican que habrá una erogación menor en los próximos meses. Si no hay humedad en el aire, será difícil que ocurran precipitaciones significativas”, explicó Salvia.
La bajante del Paraná es una problemática recurrente que afecta no solo el ecosistema del río, sino también la economía y el abastecimiento de agua en varias provincias argentinas. Salvia advirtió que es necesario continuar monitoreando la situación y evitar que se repita un escenario similar al de 2022, uno de los años más críticos en cuanto a los niveles del río.
En relación con las causas de esta crisis, Salvia señaló la influencia del cambio climático y la falta de datos suficientes para predecir de manera precisa los fenómenos meteorológicos: «Cambio climático hay, eso es innegable, pero el problema está en la cantidad de información que tenemos sobre la climatología a lo largo del tiempo. El planeta tiene muchos más años que la vida humana, por lo que es difícil hacer predicciones certeras sin un análisis exhaustivo de los datos disponibles».
A pesar de las dificultades, el presidente del ICAA destacó la importancia de estudiar los cambios climáticos para comprender las posibles acciones a tomar. “Nosotros, como seres humanos, colaboramos a que este cambio ocurra más rápido, por eso es esencial que cuidemos nuestro planeta. Es nuestra responsabilidad frenar el impacto que nuestras actividades tienen sobre el medio ambiente”, sostuvo.