Defensores de los derechos humanos y activistas anticorrupción criticaron este miércoles la decisión del presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, de conceder clemencia a 20 personas, entre ellos dos condenados por la trama rusa, tres excongresistas republicanos implicados en actos de corrupción y cuatro contratistas de la empresa privada militar Blackwater implicados en la masacre de 14 civiles en Irak en 2007. Uno de ellos, Nicholas Slatten, cumplía una condena de cadena perpetua.
El perdón de mayor perfil es el de George Papadopoulos, quien fue asesor en asuntos exteriores de la campaña de Trump en 2016 y que se declaró culpable de mentir a agentes federales en el marco de la investigación sobre la trama rusa liderada por Robert Mueller.
El mandatario saliente también perdonó a Alex van der Zwaan, un abogado que se declaró culpable de los mismos cargos que Papadopoulos. Papadopoulos cumplió 12 días de cárcel y Van der Zwaan 30.
Los tres excongresistas republicanos indultados son Duncan Hunter de California, Chris Collins de New York y Steve Stockman de Texas.
Stockman cumplía una pena de 10 años de cárcel por lavado de activos, Collins una de 26 meses por fraude bursátil y Hunter iba a entrar en prisión próximamente para cumplir 11 meses por malversación de fondos de campaña.
Días atrás, Trump perdonó a su exasesor de Seguridad Nacional el general Michael Flynn, que se había declarado culpable por mentir al FBI sobre sus contactos con el Kremlin.
La decisión de Trump provocó reacciones de indignación el miércoles entre la opsición y distintos sectores de la sociedad civil, asi como iraquíes vinculados a las víctimas de los cuatro ex agentes privados de seguridad estadounidenses condenados por matar a 14 civiles en una masacre en Bagdad en 2007.
Trump otorgó el indulto ejecutivo el lunes a personas que le mostraron un fuerte apoyo político, y a exsoldados y oficiales de seguridad condenados por asesinato en tiroteos en el transcurso de su trabajo.
Los iraquíes expresaron su indignación y tristeza después de que Trump entregara indultos a los cuatro contratistas de seguridad de Blackwater que fueron condenados por asesinato y homicidio hace seis años por la masacre de la Plaza Nisur.
Los cuatro, todos exmilitares estadounidenses, abrieron fuego sin provocación en la concurrida plaza en 2007 en un incidente que dejó al menos 14 civiles muertos -aunque las autoridades iraquíes elevaron el número de víctimas a 17-, al tiempo que hirieron a varios más. El hecho tensó profundamente las relaciones entre Estados Unidos e Irak.
Pero el dueño de Blackwater, que cambió de nombre, es Erik Prince, un cercano aliado de Trump y hermano de la secretaria de Educación, Betsy DeVos.
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