Nos trasladamos con el móvil de exteriores hasta una florería de la ciudad, para conocer el nivel de ventas que tuvo para San Valentín. Hablamos con Elsa, la propietaria de una florería. «Tuvimos una venta excelente, no me quedó ni una rosa. El cliente debe salir feliz y no con las manos vacías», dijo.
Sobre el mecanismo de trabajo que tuvieron, la propietaria dijo: «Debíamos armar un ramo para que el cliente se vaya conforme. Se siente mucho porque uno se prepara con el temor a fracasar, todo está caro».
Además, comentó que todavía existen los presentes anónimos. «Todavía existen los envíos anónimos y nosotros debemos cumplir con eso. De acá no sale nada, así que quédense tranquilos», dijo entre risas.