LAS BRIGADAS INTERNACIONALES CON VOLUNTARIOS DE TODO EL MUNDO YA COMBATEN EN UCRANIA

Hay unos cuantos callados y de mirada torva. Forman pequeños grupos en una gasolinera del pueblo de Medyka, todavía en territorio polaco, o en otra en la entrada de Shehiny, ya en Ucrania. Allí, sobre la ruta por donde escapan cientos de miles de civiles, los esperan unas camionetas y los contactos del ejército ucraniano para llevarlos hasta un centro de reclutamiento en Lviv, la capital ucraniana de facto en el oeste aún no acosada por las bombas. Forman parte de los entre 16.000 y 20.000 voluntarios que están llegando a Ucrania para alistarse en las Brigadas Internacionales para enfrentar a los invasores rusos. Una tradición de siglos que resurge cada vez que se produce una de estas “guerras justas” que arrastran a miles de voluntarios de todo el mundo, con experiencia militar o no, a “ayudar” a la que consideran la parte más débil del conflicto. Son “soldados de corazón” provenientes del extranjero. Muchos de ellos ya están luchando en el frente repartidos en diferentes unidades alrededor de Ucrania.

Los corresponsales extranjeros que se encuentran en la frontera polaco-ucraniana entrevistaban ayer a decenas de voluntarios que esperaban su turno para presentar los papeles en la aduana. Había muchos ucranianos con vidas hechas en Estados Unidos o el oeste de Europa y que volvían para luchar por su país. Ingleses y daneses con experiencia de comandos en Afganistán. Unos cuantos polacos que dicen que “hay que parar a Putin porque de lo contrario invadirá también nuestro país”. Estadounidenses veteranos de mil batallas. Y unos cuantos latinoamericanos, mexicanos, colombianos, un brasileño, también veteranos, pero de otras guerras contra las guerrillas o los carteles de la droga.

Varios gobiernos occidentales y del bloque postsoviético apoyan activamente y hasta animaron a sus ciudadanos a unirse a la lucha. La ministra de Asuntos Exteriores británica, Liz Truss, dijo abiertamente que estaba de acuerdo con el llamamiento de Zelensky a los extranjeros “para que se unan a la lucha armada contra la invasión rusa, no sólo por el bien de Ucrania, sino de toda Europa y del mundo”. El parlamento de Letonia votó unánimemente a favor de que sus ciudadanos se unan a la guerra en forma individual, mientras que el gobierno de Dinamarca aclaró en un comunicado que “no es ilegal ir a combatir por Ucrania”. Y el portavoz del gobierno de Canadá dijo que “luchar o no en Ucrania es una decisión que los canadienses pueden tomar por sí mismos”. La NPR, la radio pública estadounidense, informó que en la embajada ucraniana en Washington se habían inscripto más de 3.000 voluntarios para ir a combatir.

En Buenos Aires, la embajada ucraniana también lanzó el llamamiento a que se sumen voluntarios. El primero en presentarse fue Luca Gallardo, un chico de 19 años que está estudiando para ser director deportivo, vive en la localidad de Gerli y no tiene ninguna experiencia militar. Asegura que conoció a otros jóvenes argentinos y uruguayos no mucho más grandes que él dispuestos a enfrentar a los rusos y que en el consulado ya tienen una larga lista. Un fenómeno que se está registrando en otros países como México y Colombia. Si lo aceptan, la embajada le proveerá de un pasaporte temporario, 3.000 euros y pagará los pasajes.

FUENTE: “INFOBAE”.

Radio Bella Vista