La Navidad no se encapsula dentro de un solo día, sino más bien, es un período para reflexionar, acercarnos a la palabra de Dios y encontrarnos con nosotros mismos a través de la llama que enciende el espíritu característico de fin de año. El cura de la Parroquia San José, Ariel Acuña, habló en PRIMERA MAÑANA donde dejó el tradicional mensaje antes de la nochebuena. “Es un momento de celebración que nos conmueve y nos invita a renovar la Navidad. Ese niño dios que es ternura, vuelva a nacer en nuestros corazones, que nos devuelva la esperanza”, dijo.
Según manifestó Acuña, la espera y expectativa de los contemporáneos de Jesús por la llegada del Mesías es actualizada para el nacimiento del Señor. “La invitación es un poco volver hacia la interioridad y descubrir a ese niño habitándonos. No está mal que uno haga regalos, pero hay que saber que significa algo más profundo como el amor, el respeto y el afecto. La intención es que este afecto nos agrande el corazón y oriente nuestro horizonte”, comentó.
Las luces navideñas de los pueblos y ciudades empiezan a encenderse, así como las despedidas festivas. En medio de esta realidad es indispensable evaluarnos y tratar de salir por un momento de tantas urgencias, para ver si aquello que es importante como nuestros ideales y nuestros valores, la familia, la vida y la solidaridad… Ocupan realmente un lugar central en nuestro corazón.