Las secuelas del COVID-19 se han descripto, mayoritariamente, en adultos. Sin embargo, con las nuevas olas de contagio, los niños y los adolescentes empezaron a mostrar que las consecuencias de la enfermedad también los afectan. Recientemente, en las aulas europeas han comenzado a detectar que los chicos también padecen “niebla mental”, con lo cual su aprendizaje se posiciona como un desafío para los docentes.
Según los expertos consultados por Infobae, aún no existen datos certeros sobre cuál es su incidencia en los más jóvenes, aunque advirtieron que esta patología se suma a las consecuencias del aislamiento decretado por la pandemia en varias naciones. Incluso, destacaron que esta situación podría convertirse en un punto de inflexión para que las escuelas evalúen cómo captar la atención de los chicos en medio de un mundo cambiante.
Cada día un nuevo síntoma o secuela se suma a la larga lista con la que cuenta el COVID-19. Algunas se había centrado casi exclusivamente en los adultos, una de ellas era la denominada “niebla mental”. Esta patología está descripta, principalmente, en los casos de long COVID o COVID prolongado. Es decir cuando los síntomas de la enfermedad persisten, entre uno y tres meses, de haber transitado la infección.
FUENTE: “INFOBAE”.