SE RECALIBRA EL ACUERDO CON EL FMI: LA NEGOCIACIÓN EN MEDIO DEL IMPACTO DE LA SEQUÍA

Mientras en la Argentina retumban los ecos políticos sobre la suba de la inflación de marzo (7,7% general y 9,3% para la comida), el ministro de Economía, Sergio Massa, caminó los pasillos del poder en Washington junto a su equipo para calmar la sed de dólares que tiene el país, condición necesaria para construir un escenario de mayor estabilidad macroeconómica.

Con ese objetivo, logró dar inicio a una recalibración del programa de Facilidades extendidas del Fondo Monetario Internacional (FMI). Conversó con su directora gerente, Kristalina Georgieva, y se reunió con la segunda al mando, Gita Gospinath, para que aceptaran que existe un «game changer» (expresión que usan los norteamericanos para algo que cambia las reglas de juego): la sequía histórica. Desde el kirchnerismo consideraron que “es lo correcto”.

El regreso a Buenos Aires será con varias cuestiones encaminadas. En primer lugar, se abre un espacio de negociación técnica (entre los equipos del FMI y los del Ministerio de Economía de la Nación) inmediata para recalibrar las metas a partir de los efectos de la sequía. Acá el dato principal será cuánto consensúen que es el costo de la sequía (que dañó la proyección de la cosecha del agro y, por ende, el ingreso de dólares) en las cuentas públicas. Massa llevó una cifra cercana a los 18 mil millones de dólares. El FMI insiste en que son 10 millones de dólares.

Ya hubo un alivio del objetivo anual para las reservas del Banco Central pero, más importante aún, ahora se podrá reformular la de déficit primario. El acuerdo con el Fondo establece que este año debe ser el 1,9% del PBI, lo que deja poca capacidad de maniobra en términos de emisión monetaria.

FUENTE: CRÓNICA.