UN ESTUDIO ARGENTINO ALERTÓ QUE EL USO DE PANTALLAS SE ASOCIA A UN PEOR RENDIMIENTO ACADÉMICO EN ADOLESCENTES

Los celulares ya parecen formar parte de la anatomía de los adolescentes. La imagen de un joven sin el aparato en la mano y sin la mirada hacia la pantalla en situaciones cotidianas como una cena familiar, una charla entre amigos o una cola de espera, ya representa una utopía. Pero, ¿qué sucede cuando el uso de dispositivos móviles se transforma en un comportamiento compulsivo? ¿Qué consecuencias puede generar?

Un estudio realizado por expertos argentinos, que incluyó una amplia muestra de adolescentes de 12 a 18 años de edad de ciudades grandes y pequeñas de la Argentina, exploró la carga directa e indirecta impuesta por el uso de pantallas sobre la somnolencia diurna y el rendimiento académico.

“Uno de los hallazgos es que los efectos del tiempo frente a la pantalla sobre estos resultados (académicos) dependían del tipo de actividad frente a la pantalla que realizaban los participantes y demuestran que el tiempo dedicado a los videojuegos afecta al sueño y aumenta la somnolencia diurna, independientemente de los efectos de los primeros sobre los segundos”, advirtieron los investigadores.

En el trabajo, que tiene como autor principal al doctor Daniel Pérez Chada, presidente de la Fundación Argentina del Sueño, se indica que el uso de dispositivos móviles se asoció con un peor rendimiento académico, sin efectos sobre otros resultados. En concordancia con sus resultados, un metaanálisis reciente que incluyó 58 estudios con un total de 480.479 participantes mostró que el rendimiento académico se asociaba significativamente con ver la televisión o jugar a videojuegos, pero no con el tiempo diario total pasado frente a pantallas.

Según los especialistas, “el impacto del uso de pantallas en el aprendizaje se ve acentuado por los hallazgos de alteraciones en la estructura cerebral de niños y adolescentes que pasan cada vez más tiempo delante de pantallas”. “Aunque resulta tentador concluir que la retirada de las pantallas se traducirá directamente en una mejora del rendimiento académico, se necesitan más estudios para comprobar la eficacia de esta intervención”, advirtieron.

Se ha demostrado que el uso de pantallas a la hora de dormir afecta negativamente al sueño, aumenta la somnolencia diurna y reduce el rendimiento académico. La luz azul emitida por las pantallas suprime la producción de melatonina, causando una alteración circadiana y perjudicando el inicio y la continuidad del sueño.

La alteración del sueño es, a su vez, la principal causa de somnolencia diurna, que aumenta significativamente el riesgo de fracaso escolar. “Curiosamente, recientemente se ha comprobado que una intervención dirigida a reducir el uso de pantallas antes de acostarse iba acompañada de un inicio más temprano del sueño, un aumento de la duración total del sueño y una mejora de la vigilancia diurna”, indicaron los expertos.

Los adolescentes que juegan a videojuegos durante periodos de tiempo más prolongados presentan una menor duración del sueño y una mayor probabilidad de declarar somnolencia diurna, mientras que los que utilizaban dispositivos móviles de forma más intensiva mostraron un mayor riesgo de reducir su rendimiento académico.

FUENTE: «INFOBAE».