HAY TRES FACTORES DE LA CUARENTENA ESTRICTA QUE PREOCUPAN A ALBERTO FERNÁNDEZ

El Presidente analiza las consecuencias sociales, políticas y económicas de la nueva etapa de confinamiento y considera que no hay otra estrategia para evitar que la pandemia del COVID-19 multiplique los contagios y las muertes en la Argentina.

El Presidente se siente apoyado por Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof, pero asume las distintas realidades económicas de Buenos Aires y la Capital Federal y queda insomne buscando planes de contingencia para resolver ciertas situaciones de tensión que considera posibles o inevitables.

El pico de contagio y de muertes es una certeza en Olivos. Sólo falta una fecha que funcione como desenlace trágico. Y esa secuencia temporal es distinta acorde al distrito. Puede ser a mediados de julio en la Provincia, y se aguarda por el 16 de agosto en la Ciudad de Buenos Aires. Esto implica que la cuarentena restrictivapuede extenderse hacia el fin del invierno, un lapso que transformaría al AMBA en una caldera social con mecha corta.

Alberto Fernández saturará de fuerzas de seguridad en los puntos de contacto más importantes entre Buenos Aires y la Capital Federal. Y esas fuerzas de control tienen la orden directa de evitar la represión bajo toda circunstancia. El jefe de Estado, Kicillof y Rodríguez Larreta consideran probable que haya un transito fluido en el AMBA, al margen de los dispositivos de seguridad y las explicaciones formales que se darán hoy en un mensaje grabado.

Alberto Fernández siempre rescata la sintonía política que logró junto a Kicillof y Rodríguez Larreta. El Presidente considera que esta armonía institucional -al margen de los roles de cada uno- fue clave para enfrentar una crisis sanitaria sin antecedentes a nivel global.

El jefe de Estado hace una apuesta por la continuidad de esta troika política, pero reconoce en la intimidad de Olivos que su funcionamiento se pondrá a prueba en los próximos días. Buenos Aires y Capital Federal tienen realidades asimétricas, y por contraste y sin mala voluntad, Kicillof puede aparecer opaco frente a la fortaleza estructural y económica que administra Rodríguez Larreta.

Alberto Fernández y el jefe de Gobierno porteño hablaron de esta situación que se completa con los embates perpetuos que ejecuta Cristina Fernández de Kirchner y sus satélites contra Mauricio Macri y sus exministros y secretarios. Rodríguez Larreta entiende la situación, y lo mismo sucede con Kicillof, que juega alineado con Olivos.

Del 1 al 17 de julio, Alberto Fernández, Kicillof y Rodríguez Larreta pondrán en juego su capacidad institucional y su futuro político. Será un punto de inflexión, un cruce de caminos que los marcará para siempre. Tienen trayectorias distintas, y diferentes perspectivas de la Argentina y el mundo.

FUENTE: «INFOBAE».

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