HOGAR DE NIÑOS: «MATARON A UN CHICO Y HAY MUCHOS FUNCIONARIOS INVOLUCRADOS»

Así apuntó contra funcionarios provinciales la madrina de corazón del Hogar de Niños «Rincón de Luz» de Virasoro, Patricia Ramos, quien habló en HACETE CARGO junto a una de las jóvenes que vivió 15 años dentro de instituciones de contención. «Estamos en la lucha contra la injusticia. Es una realidad que quisieron tapar hace mucho tiempo y lamentablemente tuvo que pagar con su vida Claudio para que los funcionarios entiendan que Virasoro y Corrientes se levantan. No se podrá tapar más nada, nosotros descartamos la teoría del suicidio. Acá mataron a un chico donde tendría que haber contención. No hay un relato en el expediente de que vieron a Claudio colgado y la causa de muerte estuvo determinada por un médico de la policía que entró y salió. No hay tampoco elementos como pruebas contundentes. Acá hay mucha gente que está involucrada y me lamenta como correntina que personas insensibles estén ocupando estos lugares», dijo Ramos.

La madrina de los niños, contó detalles oscuros del trato que reciben los internos en el lugar, entre ellos la «nutrición» con el alimento balanceado para perros, el encierro por días en habitaciones en las que en la mayoría de los casos denuncian ataduras a la cama o ciertas «penitencias» que parecían más hostigamientos. «Cuidan más la imagen política que a los chicos.Esto se trata de una mala costumbre. Yo creo que por Claudio habrán dicho: «¿Quién reclamará por él?» Así sucede con ellos y la gente está comprometida porque los que denunciaban quedaban marginados de la sociedad. A los chicos que hablaban, recibían más maltratos y los profesionales no podían estar en cargos públicos. hubo mucha presión social y por suerte esta olla se destapó y en consecuencia perdimos una vida. Los chicos que están denunciando viven al límite y tienen miedo. Sentimos el silencio cómplice de muchos funcionarios», resaltó.

Por su parte Noelia Ramírez, una de las ex internas, declaró a este medio las atrocidades que se animó a denunciar luego de haber salido de la institución. Sin embargo, aseguró que allí todavía se encuentra su hermana quien oculta cosas debido a la presión que ejercen los encargados de lugar como instrumento de control. «Yo viví en los cuatro hogares a partir de meses de vida hasta los 15. Los maltratos eran cotidianos, eran normal. La peor experiencia que aún recuerdo, fue cuando una cuidadora me ató contra la cama y yo tenía 3 años. Lo primero que se me vino a la cabeza cuando me enteré de la denuncias es que por fin saldría todo a la luz. Somos tres hermanos y dos de ellos se escaparon el mes pasado antes de las denuncias. Actualmente tengo una hermana que está en ese hogar y tiene miedo, no suele contar nada porque prefiere reservárselo; está controlada todo el tiempo por las cuidadoras. Yo le conté a mis vecinas cercanas y ellas intentaron ayudarme pero no pudieron. Cuando llegaban las autoridades nos mandaban a encerrarnos. Esto no se olvida porque la infancia la tengo arruinada», enfatizó Noelia.