Una de las sorpresas de la noche inaugural fue la aparición de Virginia Acosta que, como es habitual, vuelve a sacudir el avispero y fiel a su estilo volvió a hacer que el universo del carnaval hable de ella. La comparsera no sólo volvió a sus raíces, Arandú Beleza, sino que además la rubia salió de negra mulata y en toples. «Recibí muchos mensajes, el propósito era sorprender en el show y creo que lo logramos», expresó entre risas la considerada reina «Iteva» del carnaval correntino tras cinco coronas nacionales, entre otros premios. Cada año Virginia sale al ruedo con alguna propuesta que obliga a todo el corsódromo a poner los ojos sobre ella.
La producción para esta interpretación de Oxúm, diosa de las aguas dulces, una de las deidades de la naturaleza, Virginia pasa más de cinco horas en manos de la artista Sabrynart en varias etapas, un poco en el estudio otro poco en el corsódromo.
Sin embargo, fue advertida por Gabriela Caballero, miembro de la Cofradía de San Baltasar, en redes sociales sobre la costumbre de pintarse el rostro y el cuerpo de negro para representar la cultura africana. «El blackface (cara negra) no va más, esto es racismo», lanzaron en redes sociales. Y aclararon que su búsqueda desde la cofradía es «educar y poder hacer una critica constructiva», cerraron.