Martín Álvarez, fue voluntario de la vacuna rusa Sputnik V y contó su experiencia en PUNTO DE VISTA. «Me anoté sin dudar», dijo, entre sus declaraciones.
«Yo en todo momento estuve convencido de participar de esta investigación. Me anoté sin dudar, ya lo tenía pensado antes de que surja la posibilidad. Considero que mientras más personas participen en los ensayos, más rápido vamos a tener las vacunas».
«La vacuna Sputnik V consta de dos dosis con un intervalo de 21 días. Antes de su aplicación, me tuvieron que realizar un chequeo médico, donde se determino que yo era apto para esta investigación. A los 3 días me aplicaron la primera dosis. Te aplican un placebo o una dosis en concreto. Al llegar al momento de la aplicación, se debe ir en ayunas y regular la actividad física las 24 horas previas y posteriores. Además piden que uno se cuide con la ingesta de bebidas alcohólicas. Se puede llevar una vida normal, no hay ningún impedimento por ser parte de la investigación».
«Estoy en una etapa a la espera de una aplicación de anticuerpos. La segunda dosis ya me aplicaron hace más de una semana. En este análisis, se determinará si me aplicaron la vacuna o un placebo. Luego de la primera dosis, yo tuve un poco de fiebre, dolor de cabeza, escalofríos y malestar corporal. Es un gran indicio para creer que lo que se me aplicó es la vacuna, esto me lo dijeron los médicos».
¿CÓMO VEN A ARGENTINA DESDE MOSCÚ?
«La relación entre Rusia y Argentina, históricamente ha sido buena, no solo entre los gobiernos sino entre las personas. La imagen que tienen del argentino, acá en Rusia es muy buena. Esta compra de vacunas no es la excepción. En relación con las polémicas, desde aquí, fueron infundadas las ideologías con respecto a la salud pública. Estamos en medio de una pandemia, y cuando más rápido haya una vacuna, más rápido saldremos de la situación».
«Hay una segunda ola que está afectando a toda la región, en Moscú crecieron los casos. Por eso se están tomando nuevas medidas para controlar la movilidad», comentó.