HABLÓ LA ARTISTA A LA QUE SE LE CAYÓ LA PANTALLA GIGANTE: «FUE UNA DESGRACIA CON SUERTE»

Este domingo, mientras se desarrollaba un tradicional festival de chamamé en la plazoleta Cocomarola de la capital correntina, una pantalla gigante que hacía las veces de fondo del escenario, se desplomó y cayó sobre la humanidad de Analía Espínola, una reconocida cantante del género que en ese momento realizaba su show junto a su hermano. La artista, habló en exclusiva para LA MAÑANA DE LA RADIO sobre el hecho. «Estoy con los cuidados que corresponden. Como todos pudieron ver en las imágenes, no fueron heridas leves porque tuve traumatismo de cráneo y politraumatismos. Estoy con muchos dolores y tengo que ir al médico cada vez que sucede. Tengo mareos y zumbidos en el oído. No es positivo esto, sobre todo cuando es un golpe en la cabeza. Tengo un corte de 8 puntos, una sutura en la cabeza. Tuve dos momentos, sobre todo en la primera que estaba muy confundida; quedé aturdida y por un corte me tenía que tener la cabeza de la sangre que salía. La organización no se preocupó por sacarnos de ahí a los artistas, se preocuparon por las pantallas», contó.

Analía remarcó que sufrió múltiples traumatismos y un corte en la cabeza que le dejó como secuela zumbidos en el oído y náuseas que deben ser tratadas constantemente. «La gente del público nos dieron sillas y nos socorrieron con agua. Cuando viene la ambulancia, no hubo protocolo, me llevaron caminando hasta el móvil, cuando llegamos al hospital, mi familia pidió a los gritos que se me atienda. El médico me dejó con los practicantes porque él estaba apurado porque tenía que cenar antes de que cierre el comedor. Los practicantes hicieron todo lo que pudieron, hicieron humanamente lo que estuvo a su alcance y selo agradezco. Me dijeron que como no tuve pérdida de conocimiento, me podían dar el alta», dijo.

Lo declarado contrasta con lo dicho por el Presidente del Instituto de Cultura, Gabriel Romero, que había declarado que ninguna de las victimas presentó heridas de gravedad y fueron rápidamente asistida por una ambulancia y personal médico. «Salí caminando de ahí, fui al auto, durante la noche la pasé bastante mal y por eso decidí ir a una clínica privada. Esto fue una verdadera desgracia con suerte, Dios estuvo ahí. Si yo me quedaba ahí, caía completamente y me desnucaba. Hubo mucha inoperancia y negligencia, no hubo los controles pertinentes. Uno saca sus propias conclusiones, los peritos se están haciendo cargo y la organización estuvo comunicada con mi padre. Sinceramente yo esperaba que hubiera más calidez humana. Ni siquiera estoy pensando en etapa judicial, esperaba un poco más, más que un simple llamado telefónico», apuntó Espínola.