Así lo afirmó el Geógrafo y Observador Meteorológico Luis Romero, quien habló en HACETE CARGO sobre la crítica situación que atraviesa la provincia en consecuencias de factores como la sequía, la temperatura y los vientos sin humedad. “Tuvimos una situación extrema en Corrientes y en otra región, refiriéndome a incendios. Veníamos comentando con diferentes especialistas cómo se viene dando el panorama. Este fenómeno vino para quedarse porque tenemos un clima de incendios porque ciertos factores se combinan para favorecer una situación severa; en este caso se da por factores como la sequía extrema que afecta al sistema hídrico y la temperatura que superó 40° C. Tuvimos un enero con extremos de calor y casi 20 días con temperaturas muy altas en algunos lugares. Tuvimos una persistencia de días muy calurosos y a eso se le sumó que el aire estaba bastante seco”, explicó.
A su vez, sostuvo que a los dos factores condicionantes, se suma un tercero: el aire con escaso contenido de humedad, lo que hace una mayor exposición a la radiación solar en el mes de enero. “Es un combo bastante importante de factores que terminaron asentando los incendios en Corrientes. Otro punto de interés a la hora de analizar los escenarios, es analizar el lugar y el momento determinado; eso nos pone como actores para generar una planificación ante las emergencias”, dijo.
“Esto de alguna manera se denomina como “establecer mecanismos de adaptación al clima extremo”. Estamos en el tercer año de sequía y recién para finales de otoño, el período de variabilidad tenderá a debilitarse. Las sequías se asentarán en las próximas semanas, la situación por delante es nada alentadora. Estamos teniendo algunas precipitaciones puntuales, pero en general son lluvias intensas, pero en cortos períodos de tiempo. Hay que empezar a tomar en serio estas cuestiones porque no son nuevos para nosotros que estamos en el norte de Argentina”, indicó.
En este sentido, apuntó a ver la situación de manera organizada para planificar esquemas de acción que prevengan los daños. “Estos eventos se vuelven cada vez más extremos y frecuentes entonces es la hora de planificar para que un nuevo evento de estas magnitudes no nos genere el daño que está haciendo. Se están generando impactos al ambiente, entonces es un panorama complejo que necesita de políticas que lo respalde. De alguna manera debemos actuar en consecuencia», finalizó Romero.