A 5 AÑOS DEL INICIO DE LA CUARENTENA POR COVID: «PERDIMOS MUCHA GENTE QUERIDA EN BELLA VISTA»

El 20 de marzo de 2020, la Argentina amaneció con una calma irreal, como si el tiempo se hubiese detenido. Avenidas normalmente colmadas de vehículos y peatones se transformaron en desiertos de asfalto, mientras las ciudades expresaban su angustia en el silencio de las persianas bajas. Fue el primer día de la cuarentena decretada por la pandemia del coronavirus, que había comenzado a propagarse por el mundo desde fines de 2019.

La noche previa, el 19 de marzo, el entonces presidente Alberto Fernández anunció en cadena nacional la suspensión de actividades no esenciales durante 15 días, una medida que, tras múltiples extensiones, se convirtió en una cuarentena de más de ocho meses. Fue una de las restricciones más prolongadas a nivel global frente al Covid-19.

Desde Bella Vista, Carmen Rivero, enfermera del Hospital «El Salvador», compartió sus recuerdos de aquellos días: «Pasaron tantos años y es imposible de olvidar. Para mí fue una experiencia dura. Gracias a Dios no perdí familiares cercanos, pero se ha ido gente muy valiosa y también compañeros. Fue algo que nos prohibió abrazar, besar al llegar a casa, pero nos enseñó nuevas formas de cuidarnos como el barbijo, la ropa y el alcohol en gel».

Rivero rememoró las intensas jornadas laborales, sin horarios fijos y con el compromiso de estar «al pie del cañón» para atender a la comunidad y concientizar sobre el virus. «Era difícil, pusimos a prueba nuestra templanza y conocimientos», recordó con evidente emoción.

La pandemia también transformó para siempre las prácticas de higiene: «Antes el lavado de manos no era tan riguroso y hoy no creo que exista alguien que no lo haga. Nuestra vida cambió al 100%. Quedan recuerdos tristes y dolorosos, pero hay que continuar avanzando».

Carmen destacó el apoyo de la sociedad y la colaboración del municipio, que ayudó a sostener un trabajo colectivo. «Fue el esfuerzo de muchísima gente. Por eso agradezco a cada uno que puso su granito de arena, y especialmente a la Dra. Araceli Miño por su aporte», expresó.

Conmovida, la enfermera concluyó recordando momentos de gratitud por su labor: «A veces te decían ‘gracias’ por esa vacuna. Me siento bendecida y cuidada por Dios porque nunca tuve Covid-19, pero siempre estuve allí. Gracias a Dios por eso».