En el marco del Mes Rosa, desde el Hospital “El Salvador”, Yolanda Gómez brindó detalles en diálogo con ÑANDE CABLE sobre las acciones que se llevaron adelante para reforzar la concientización y prevención del cáncer de mama, una enfermedad que afecta a miles de mujeres en todo el mundo.
Gómez recordó que octubre es el mes dedicado a rendir homenaje a las mujeres que lucharon y luchan contra el cáncer de mama, así como a aquellas que lograron superar la enfermedad. “Desde que recibimos el nuevo mamógrafo en 2023, tuvimos mucha demanda. Las mujeres vienen, se controlan, y desde esa fecha hasta este año 2025 ya se realizaron 1.200 mamografías”, destacó.
A las mamografías se sumaron también las ecografías mamarias, que fueron realizadas en el consultorio del Dr. Marcos de Llamea, encargado además de confeccionar los informes correspondientes.
El servicio funcionó los lunes, miércoles y viernes, de 8 a 12 horas, con entrega de turnos entre las 10 y las 12, y una capacidad limitada a seis estudios por jornada. Gómez explicó que las pacientes debían presentarse con pedido médico y, en el caso de contar con obra social, con la autorización correspondiente. “Los estudios fueron totalmente gratuitos, y a cada paciente se le entregó su informe junto con la placa”, detalló.
La profesional aclaró además que el mito del dolor durante la mamografía “ya quedó atrás”. Explicó que el procedimiento era rápido y sencillo, con una duración de entre 5 y 10 minutos, en los que se realizaban cuatro proyecciones: dos frontales y dos oblicuas, que incluían la axila. “No les doy tiempo a ponerse nerviosas; las acompaño y se van contentas”, aseguró.
Gómez señaló también que, aunque el cáncer de mama afecta mayormente a mujeres, uno de cada diez hombres puede padecerlo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y comentó que en la ciudad ya se había detectado un caso masculino.
Antes del estudio, las pacientes completaban una ficha de antecedentes médicos, en la que se registraba si habían tenido nódulos, cirugías previas o antecedentes familiares. “Solo pedimos que vengan sin desodorante, y si están nerviosas, aplico estrategias para tranquilizarlas”, explicó.